El espíritu de la mediocridad Alguien tendría que llamar a cuentas a Ricardo Velázquez. En el último año, antes que servidor público, se ha desempeñado como el abogado privado de Mario Marín en la investigación que practica la Suprema Corte por la detención de Lydia Cacho. A esa causa dedica su tiempo, sus desvelos y sus obsesiones. Por ella viaja constantemente a la Ciudad de México. Con el pretexto de cabildear el asunto, Velásquez dispone del helicóptero oficial, vehículos y viáticos provenientes del presupuesto público. Se siente personalmente responsable del caso, porque fue él quien le aconsejó a Marín que lo negara todo y que solicitara una investigación que –pensaba- nunca ocurriría. Cuando los ministros aprobaron ejercer la facultad del artículo 97 constitucional, el Consejero enmudeció y recuperó la palabra para prometerle a su patrón que no se preocupara, que nada iba a pasar. Después de meses de desvelo, Velázquez presumió a diestra y siniestra que todo se había arreglado y que la Corte iba a exonerar a Marín. En la cúspide de la soberbia, incluso programó la presentación de uno de sus libros para el ansiado día, festejo y reconocimiento a la vez, de su calidad intelectual y de su trabajo que había salvado el pellejo al gobernador. El agradecimiento sería infinito y quizá Velázquez se vio sustituyendo a su benefactor Pacheco Pulido en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. Al mismo mecenas que traicionó al dejar pasar su nombre en los trabajos de la comisión de investigación. Velázquez, desde que la realidad frustró sus deseos de grandeza, literalmente enloqueció. A pesar de que el gobernador se congratuló públicamente por la ampliación de la investigación, un día después el Consejero Jurídico se vomitó en los ministros –de los que ya se consideraba par- señalándolos con índice flamígero por “violarle sus garantías individuales al gobernador”. A los ministros, por supuesto, llegó el comentario y oportunamente lo anotaron en sus libretas de apuntes. Desde entonces, Velázquez se ha ido con todo, contra todos. Veamos el núcleo: el problema no es que Ricardo Velázquez sea un mal defensor particular del gobernador. Finalmente el problema es de Marín por descansar su causa en un perfil tan bajo. El inconveniente es que al mismo tiempo continúa cobrando como servidor público desde la Consejería Jurídica que hoy se ha mostrado patéticamente inútil. Vaya, además de loquito, es mal abogado. Juzgue usted: a pesar de que en un sesudo análisis de la Consejería Jurídica se determina que son tantas las irregularidades que rodean al Complejo Cultural Siglo XXI –es la hora en que no saben si la titularidad pertenece al Fideicomiso Atlixcáyotl o a la Secretaría de Cultura- que entregar el inmueble representaría “una violación más al orden jurídico”. Así de claro: entregar el Complejo a Raymundo Alonso sería un acto ilegal cometido desde el gobierno. Sin embargo, ya con esta información, días después avaló la entrega del inmueble mediante un oficio dirigido a Eduardo Macip Zúñiga —de fecha 14 de septiembre— y que hoy presenta Cambio. Por supuesto, sabedor de su culpa, negó rotundamente su responsabilidad cuando Efraín Núñez lo cuestionó el lunes pasado. Así que además de loquito y mal abogado, también es mentiroso. Ricardo Velázquez, con la aprobación de la entrega del Complejo Cultural Siglo XXI, ha violado flagrantemente la Ley de Responsabilidad de Servidores Públicos y debiera ser destituido de inmediato. Pero no sucederá. ¿Por qué? Porque Velázquez encarna a la perfección el espíritu que domina al gobierno marinista: El espíritu de la mediocridad. *** Memorias del subsuelo. No se pierda la entrevista que Karla Espinoza le hace al Consejero Jurídico. Para muestra una perla del abogado. “KE: ¿Nunca fuiste el nerd de tu clase? RV: Siempre fui apartado de los demás. Era un joven y pobre. Mi origen es de mucha pobreza y necesidad, y yo tenía que trabajar mientras iba a la escuela. Siempre he trabajado, tengo un oficio que es tornero, fresador, todo eso te lo sé. Lo que sí, es que siempre fui un problema para todos mis maestros, por el hecho de la contradicción”. ¡Ah pa` resentido!, diría el clásico. *** ¿Están denunciados? Los nombres de cuatro poblanos aparecen en la lista de 100 personajes cercanos a Felipe Calderón que blindó ayer la Procuraduría General de la República, con autorización del IFAI, para impedir que se sepa si su nombre se encuentra relacionado con alguna averiguación previa o investigación ministerial. Se trata de Ángel Alonso Díaz Caneja, Humberto Aguilar Coronado, Rafael Moreno Valle y Jorge Ocejo Moreno. Casualmente los cuatro son senadores y por ese hecho ya se encuentran protegidos por el fuero constitucional. El blindaje se produce porque un ciudadano realizó una petición de acceso a la información para conocer si los 100 personajes más cercanos al Presidente Electo eran relacionados con la comisión de algún delito. La PGR dictaminó reservar los expedientes por 12 años, pero el IFAI resolvió ayer que sólo por 2 años quedarán en resguardo. Sin embargo se supo que si existen nueve averiguaciones previas en las que aparece alguno de los cien personajes incluidos en la petición ciudadana de acceso a la información, de las cuales cuatro están radicadas en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales (Fepade); tres en la Subprocuraduría de Control Regional y de Amparo y dos en la Subprocuraduría de Delitos Federales. Así, los nombres de nuestros senadores panistas quedaron protegidos junto a los de Juan Camilo Mouriño, Elba Esther Gordillo, Agustín Carstens, Luis Téllez, César Nava y Diego Fernández de Cevallos, Roberto Campa, Francisco Ramírez, Juan Molinar, Eduardo Sojo, entre otros. La duda mata: ¿Los panistas poblanos están denunciados por algo? Hasta dentro de dos años habrá respuesta. ** Aspirante al IEE que se dice cumplido. “Le escribo debido a que leí la columna en la que dice que 68 aspirantes de la lista publicada el día de ayer no cumplieron con un requisito; solamente quiero aclararle que yo estoy dentro de esos aspirantes y puedo asegurarle que el requisito que usted menciona respecto al acta de nacimiento estoy seguro que lo cumplí y tan es así que me molesta que me incluyan en una lista en la que obviamente no debería estar “Yo me pregunto ¿no habrá sido al contrario, que se equivocaron los diputados o quien recibió la información y quienes en realidad no cumplieron son los que ya estaban en la lista de cumplidos y en el último momento se percataron del error? “No dudo de la credibilidad de sus comentarios y de sus fuentes, sin embargo en este caso en especial quiero decirle que se equivocan y sería bueno investigar con las demás personas que aparecen en esa lista si en realidad entregaron un acta certificada por notario como están tratando de hacer creer o como en mi caso se entregó la documentación correcta y nos están involucrando en cosas anómalas para quitarnos de en medio porque somos los que mejor cumplimos los requisitos. “No crea que no digo mi nombre por cobarde simple y sencillamente que como usted comprenderá por obvias razones no lo doy. Espero se investigue lo que en realidad pasó”. *** Historias de borrachos. Ahora que empiezan a circular las historias personales de los aspirantes al Consejo General del IEE, a mi buzón llegaron las anécdotas alcohólicas de todos los candidatos que pisaron la Libre de Derecho. Verdaderamente son para morirse de la risa. En especial las que protagonizó alguien que presume su largo expediente en el Servicio Electoral del IFE. Por falta de espacio, mañana las leerá. > Columnas anteriores RODRIGO GONZALEZ FERNADEZ CONSULTAJURIDICACHILE.BLOGSPOT.COM RENATO SANCHEZ3586 DEP 10 TELEF. 2451168 SANTIAGO,CHILE |
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