En nuestra información de hoy nos ocupamos de la sorprendente declaración de la Consejera de Sanidad del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, asumiendo el dictamen de la Comisión de Bioética para
implantar la eutanasia.
La sorpresa nace de dos hechos. El primero, que se trata de una iniciativa fuera del alcance de las competencias de la Generalitat y solo posible mediante la iniciativa del Parlamento de Cataluña instando al Congreso de los Diputados para que legisle en este sentido.
La otra razón de la sorpresa es el momento y circunstancias en que se produce la declaración: en plena campaña electoral y en el marco de una ofensiva de Montilla para mantener el voto católico que también está harto de los desaguisados del tripartito.
Choca que a los pocos días de una visita del portavoz de la Generalitat al Vaticano, entrevistándose con monseñor Parolin, Secretario para las Relaciones con los Estados, por lo tanto una figura de primer nivel, donde ofreció garantías no solo de un mayor respeto y mejor colaboración, sino que admitiendo por primera vez que el Estatuto aprobado podía despertar la reserva de los católicos, i garantizaba una aplicación razonable del mismo.
¿Cómo es posible que en el marco de estas y otras iniciativas que hemos ido dado cuenta, se lance sobre la escena política, a un mes de las elecciones, un tema que se sabe que es de clara confrontación con la Iglesia, y que ni tan siquiera Zapatero se ha atrevido todavía a plantear?
Obviamente no es coherente con el conjunto de gestos que emite la campaña de Montilla, por consiguiente sólo es posible pensar en una iniciativa por libre del Gobierno de la Generalitat controlado por Maragall.
Este hecho vendría avalado por el nulo relieve que, al menos inicialmente, han otorga los medios de comunicación pro socialista a estas declaraciones de la Consejera.
Pero por otra parte, quien viajó al Vaticano, Nadal, es un miembro destacado del Gobierno, y Marina Geli, la consejera de Sanidad, se daba como de continuidad muy segura en un hipotético gobierno de José Montilla.
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