VATICANO - Benedicto XVI administra el sacramento del Bautismo: "en el Bautismo el pequeño ser humano recibe una vida nueva, la vida de la gracia, que lo hace capaz de entrar para siempre en relación personal con el Creador y esto para siempre, para toda l

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Benedicto XVI administra el sacramento del Bautismo: "en el Bautismo el pequeño ser humano recibe una vida nueva, la vida de la gracia, que lo hace capaz de entrar para siempre en relación personal con el Creador y esto para siempre, para toda la eternidad"

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El domingo 13 de enero, en la Fiesta del Bautismo del Señor, el Papa Benedicto XVI ha presidido en la Capilla Sixtina la Santa Misa durante la cual ha administrado el Sacramento del Bautismo a 13 niños. En la homilía el Santo Padre ha expresado su alegría particular dado que administrar el sacramento del Bautismo "es uno de los momentos más expresivos de nuestra fe, en el que casi podemos ver, por medio de los signos de la liturgia, el misterio de la vida. En primer lugar, vida humana, representada aquí en particular por estos 13 niños… Está luego el misterio de la vida divina, que hoy Dios dona a estos pequeños mediante el renacimiento del agua y del Espíritu Santo".
A continuación Benedicto XVI ha ilustrado el sentido del sacramento: "en el Bautismo el pequeño ser humano recibe una vida nueva, la vida de la gracia, que lo hace capaz de entrar para siempre en relación personal con el Creador y esto para siempre, para toda la eternidad. Por desgracia, el hombre es capaz de apagar esta nueva vida con su pecado, reduciéndose a una situación que la Sagrada Escritura llama 'segunda muerta '. Mientras que en las otras criaturas, no llamadas a la eternidad, la muerte significa solamente el fin de la existencia terrena, en nosotros el pecado crea una vorágine que amenaza con tragarnos para siempre, si el Padre que está en los cielos no nos tendiera su mano… Dios ha querido salvarnos yendo Él mismo a lo más profundo del abismo de la muerte, para que todo hombre, aún cuando haya caído tan bajo que no sea ya capaz de ver el cielo, pueda encontrar la mano de Dios a la que agarrarse y salir de las tinieblas par ver de nuevo la luz para la que ha sido creado. Todos sentimos, todos percibimos interiormente que nuestra existencia es un deseo de vida que invoca una plenitud, una salvación. Esta plenitud de vida se nos da en el Bautismo".
Comentando la narración evangélica del bautismo de Jesús en el Jordán - que fue un bautismo diferente del sacramento administrado después, pero no por ello carente de una profunda relación con el mismo - el Papa ha recordado que "bautismo" en griego significa "inmersión". Así "el Hijo de Dios, que comparte con el Padre y con el Espíritu Santo desde la eternidad la plenitud de la vida, 'fue sumergido' en nuestra realidad de pecadores, para hacernos participes de su misma vida: se encarnó, nació como nosotros, creció como nosotros y, llegado a la mayoría de edad, manifestó su misión iniciando precisamente con el 'bautismo de conversión' recibido de Juan el Bautista…Jesús en efecto vino para dar a los hombres la vida en abundancia, la vida eterna… El objetivo de la existencia de Cristo fue precisamente donar a la humanidad la vida de Dios, su Espíritu de amor, para que todo hombre pueda extraer de esta fuente inagotable de salvación… He aquí porque los padres cristianos… llevan lo antes posible a sus hijos a la pila bautismal, sabiendo que la vida, que les han dado hace referencia a una plenitud, una salvación que sólo Dios puede dar. Y de este modo los padres se convierten en colaboradores de Dios a la hora de transmitir a sus hijos no sólo la vida física sino también la espiritual".
El Santo Padre ha recordado el compromiso propio de los padres, ayudado por los padrinos, de hacer que se desarrolle en los pequeños bautizados "la fe, la esperanza y la caridad, virtudes teologales que son propias de la vida nueva que reciben en el sacramento del Bautismo". Además de los cuidados materiales y de tantas atenciones para su crecimiento humano, será indispensable para los pequeños "conocer, amar y servir fielmente a Dios, para tener la vida eterna". El Papa ha exhortado por último a los padres a ser para sus hijos a "los primeros testigos de una fe auténtica en Dios" y a alimentar siempre la llama de la fe, simbolizada en el bautismo con la entrega de la vela encendida del Cirio pascual, "con la escucha y la meditación de la Palabra de Dios y la asidua comunión con Jesús Eucaristía". (S.L) (Agencia Fides 14/1/2008, Líneas: 48 Palabras: 751)

Links:
Texto completo de la homilía del Santo Padre, en italiano
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=986

Rodrigo González Fernández
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