tabaquismo: AL AMOR SE LE BAJAN LOS HUMOS

AL AMOR SE LE BAJAN LOS HUMOS

Apaga y bésame

 

 

Los españoles valoran si su pareja es o no fumadora antes de tomarse en serio una relación nueva.

Pepa Rebollo

23/01/06
Una de las primeras frases que la glamourosa y empedernida fumadora Audrey Hepburn pronunció en una pantalla de cine fue: “¿Quién quiere un pitillo?”. Hoy la actriz tendría un problema si se atreviera a pronunciar estas palabras y más aún si encendiera el cigarrillo. Y no sólo eso. Es muy probable que la actitud de la actriz hiciera que más de un galán se permitiera el lujo de rechazarla como pareja simplemente por su afición a los cigarrillos.

Según un estudio realizado por la empresa española Marqueze Telecom, especializada en contenidos para adultos en Internet, aquella frase tan recurrente de “¿Tienes fuego?” para iniciar la maniobra de acercamiento a una persona del sexo contrario, puede convertirse más en motivo de disuasión que en una garantía de romance. De los datos de la encuesta realizada entre los usuarios de Marqueze se deduce que la dependencia del tabaco aún no es un factor totalmente decisorio a la hora de emprender una relación sentimental –el 75,84 por 100 se muestra indiferente ante el tabaco–, pero está comenzando a tomar cuerpo. Prácticamente una de cada cuatro personas (24,16 por 100) busca una pareja no fumadora y son las mujeres las más tajantes en esta cuestión. Ante la pregunta “¿Te influye que tu posible amante sea fumador?”, un 28,75 por 100 de ellas responde que no toleraría a un adicto al tabaco como partenaire, frente a un 23,56 de los hombres. En realidad, este grupo de hombres no dice que renunciaría al encuentro, sólo que se lo pensarían.

La rotundidad en la respuesta de las mujeres poco tiene que ver con su creciente adicción al tabaco. Las estadísticas demuestran que durante la última década en España se ha duplicado el número de fumadoras. Si en 1997 sólo encendía un cigarrillo un 15 por 100 de ellas, en 2006 lo hace algo más de un 28 por 100. En su mayoría son adolescentes quinceañeras que –se asegura en un informe reciente elaborado por expertos de la Unión Europea– lo hacen por razones de lo más peregrinas. Entre las excusas, los motivos estéticos –para controlar el peso– así como para demostrar autocontrol –consideran el tabaco como un amortiguador de los sentimientos negativos– y elevar la autoestima. Las mismas excusas a las que se agarran las mujeres adultas para seguir fumando.

EL HUMO, UNA BARRERA SOCIAL
Lo que sí deja claro el estudio de Marqueze es que si durante décadas fumar se consideró expresión de un estilo de vida, un hábito banal e incluso elegante que con frecuencia daba pie a romances y más de un matrimonio, hoy se ha convertido en una actitud a desterrar si se quiere ligar.

Emilio Márquez, director general de Marqueze Telecom, asegura con datos en la mano que “la dependencia del tabaco es algo que en un futuro no muy lejano se convertirá en una barrera en varios aspectos de nuestra vida. Entre estos aspectos, y de manera muy especial, se encuentran nuestras relaciones sociales, cosa que en nuestra empresa hemos empezado a notar, ya que muchos usuarios comienzan a solicitar este tipo de información sobre sus posibles contactos on-line”.

Una consecuencia más de la recién estrenada Ley Antitabaco que podría acabar con más de una pareja y con más de una noche de pasión sin el aliciente de fumar un cigarrillo después de.

SALUDOS CORDIALES
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ

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