HECHOS MÁS QUE PALABRAS EXIGE ONU
En el Día Internacional de la Mujer, agencias de la ONU exigen más hechos que palabras Apoyo a la paridad, más verbal que real Piden al Consejo de Seguridad crear un mecanismo contra la violencia machista. |
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9-Marzo-07 | |
En una jornada plena de reivindicaciones, recuentos de progreso y críticas por el insuficiente avance hacia la igualdad de género, se celebró en todo el mundo, con escasos incidentes, el Día Internacional de la Mujer, concentrado en la necesidad de poner fin a la violencia, pero sobre todo de lo imperativo que es pasar de los dichos a los hechos. Y es que la violencia no es sólo sexual, no es sólo física ni se circunscribe a momentos o lugares especiales. Cada día se comete violencia contra las mujeres y las niñas en cada uno de los países del mundo, dijo lapidariamente Rachel Mayanja, asesora de la ONU para asuntos de género. La violencia, añadió, trasciende más allá de las política, la cultura, la religión, la raza, la clase, la edad y los ingresos. Sucede en tiempos de paz y durante conflictos armados. La violencia contra mujeres es hija de la discriminación, dijo Mayanja, quien destacó un par de datos ilustrativos: apenas la mitad de los 192 Estados miembros de la ONU tienen leyes que castigan la violencia doméstica. Y son todavía menos los países con leyes contra el acoso sexual o contra la trata de blancas. Noeleen Heyzer, directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM, aportó datos más precisos: 89 países tienen previsiones legislativas contra la violencia doméstica; 104 países consideran un crimen la violación matrimonial; 90 tienen leyes contra el acoso sexual, y 93 prohíben el tráfico de mujeres y hombres. En todas las latitudes, los medios hacen recuentos de los progresos prodigiosos de las últimas décadas en materia de paridad de género, de mejores oportunidades para las mujeres, pero los datos positivos quedan como meras anécdotas frente a unas cuantas realidades concretas. Khalid Malik, coordinador de la ONU en China, puso como ejemplo el hecho de que en el gigante asiático nacen 118 niños por cada 100 niñas: este hecho refleja una actitud social, una cultura, que da preferencia a los varones y que puede tener serias consecuencias en el futuro. Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, dijo días atrás que la violencia contra las mujeres y niñas sigue sin reducirse en todos los continentes, países y culturas. La mayoría de las sociedades prohíben ese tipo de violencia, pero la realidad es que demasiado a menudo es tapada o consentida tácitamente. Para el funcionario, los gobiernos, organizaciones internacionales, sociedad civil y sector privado deben unirse para empujar por una transformación de fondo a las relaciones entre hombres y mujeres. Este jueves, el secretario general pidió al Consejo de Seguridad de la ONU establecer un mecanismo de control contra la violencia machista, considerando que la agencia debe ir a la vanguardia de los esfuerzos igualitaristas. Ban Ki-moon admitió, por cierto, que las mujeres están infrarrepresentadas en los puestos clave de casi todos los países. Con tono acaso no exento de ironía, la vicesecretaria general de la ONU, Asha-Rose Migiro, dijo que la agencia no es aún punta de lanza en lo que se pregona con tanto optimismo: en los últimos ocho años, el porcentaje de mujeres en altos cargos creció a razón de 0.35 por ciento anual. Una manera de pasar de los dichos a los hechos consistiría en apoyar las declaraciones políticamente correctas con acciones de coordinación y con asignaciones de fondos que en verdad apoyen la lucha contra la violencia que aflige a mujeres y niñas. Heyzer, la directora del UNIFEM, dijo que el Fondo Fiduciario de la ONU, creado hace diez años para apoyar programas que ataquen la violencia contra las mujeres, necesita más recursos. A la fecha, el fondo ha subvencionado 230 iniciativas en un centenar de países, y ha destinado a ello 13 millones de dólares. Poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas es una pandemia que tiene solución. Se pueden hacer muchas cosas. A no ser que se mejore el sistema de justicia criminal de los países, la impunidad seguirá existiendo, dijo Heyzer. Para acabar con ese desequilibrio, parlamentarias suizas aconsejaron hoy parar de quejarse y aumentar la participación en la vida política. Con esta idea coincide al menos la presidenta Michelle Bachelet, quien dijo que con su victoria electoral las chilenas llegaron a la política para quedarse y la igualdad entre hombres y mujeres dejó de ser un sueño en Chile. Ban Ki-moon habla Los Estados están obligados a proteger a mujeres y niñas de la violencia, a pedir cuentas a los perpetradores y a proveer justicia y remedios a las víctimas. Es inaceptable fracasar en el cumplimiento de estas obligaciones. Cuando el Estado no exige cuentas a quienes perpetran violencia y la sociedad condona explícita o tácitamente tal violencia, la impunidad no sólo alienta más abusos, también da el mensaje de que la violencia masculina contra las mujeres es aceptable y normal. El resultado es negarle la justicia a las víctimas o supervivientes individuales así como el reforzamiento de la desigualdad de género prevaleciente. | |
Naciones Unidas/Agencias |
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Saludos cordiales
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
CONSULTAJURIDICACHILE.BLOGSPOT.COM
Renato Sánchez 3586 dep 10
Santiago, Chile
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